*México en el primer lugar de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en el mundo
En México, la violencia contra
periodistas ha alcanzado niveles alarmantes y esta situación debilita
gravemente la libertad de prensa, derecho concebido en la Declaración Universal
de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), afirmó el
Grupo Integral de Derechos Humanos (GIDH) "Lex-magister".
Su presidente, Jesús Rey Fierro
Hernández, resaltó que en lo que va del año, siete comunicadores han sido
asesinados de manera artera en el país. “Esta cifra coloca a México en el
primer lugar de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en el
mundo”.
Enlistó a los siete comunicadores
asesinados, sólo en los primeros siete meses de lo que va del año: Abisaí Pérez
Romero, Ramiro Araujo Ochoa, Héctor Darío Reyes, Gerardo Torres Rentería, Marco
Aurelio Ramírez, Luis Martín Sánchez, y en la víspera a Nelson Matus Peña.
“Es necesario que el presidente
Andrés Manuel López Obrador y la titular de la Secretaría de Gobernación
(Segob), Luisa María Alcalde Luján, adopten medidas urgentes para fortalecer el
mecanismo de protección del gobierno federal, cese el hostigamiento a
periodistas críticos y asegure que los fiscales pongan fin a la impunidad casi
absoluta de estos crímenes”, dijo.
Fierro Hernández explicó que Ucrania ocupa la primera posición en el mundo, con al menos 12 periodistas asesinados, en el contexto de una acción de guerra. Sin embargo, “desde que López Obrador asumió la Presidencia, en diciembre de 2018, al menos, 35 periodistas han sido asesinados en México con relación a su labor periodística, sin contar a los comunicadores agredidos, con lesiones o amenazas.
El presidente de la GIDH,
reconocido con el Premio Nacional de Derechos Humanos (2017), afirmó que México
se ha convertido en uno de los países más peligrosos para los periodistas,
especialmente en términos de asesinatos por año. “Las autoridades rara vez
logran esclarecer estos crímenes. Por si fuera poco, el mecanismo de protección
para defensores de derechos humanos y periodistas del gobierno federal tiene
limitaciones para satisfacer todas las necesidades de protección”.
Recordó que la impunidad
prevalece en la mayoría de los casos de crímenes en México, incluyendo los
asesinatos de periodistas. “De las 105 investigaciones realizadas por la
Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de
Expresión (Feadle) desde su creación en 2010, sólo seis han resultado en
condenas por homicidio. Ante la violencia, muchos periodistas recurren a la
autocensura por temor a represalias. Esto es muy grave”.
Explicó que en las conferencias
de prensa matutinas del presidente López Obrador, se exhiben nombres y
fotografías de presuntos responsables de asesinatos de periodistas y otros
delitos. Sin embargo, “este enfoque no garantiza justicia, la mayoría de las
denuncias penales en México no avanzan más allá de la etapa inicial de
investigación, incluso cuando las autoridades han identificado a los presuntos
responsables”.
A manera de ejemplo, recordó el
caso del atentado fallido contra el periodista Ciro Gómez Leyva, que continúa
con vida gracias a que viajaba en un vehículo blindado, pero que aún se
desconoce el móvil del intento de asesinato; en el mismo rubro el caso del
comunicador Carlos Jiménez, que ha recibido amenazas por un presunto grupo de
la delincuencia organizada”.