domingo, 12 de noviembre de 2023

LA SITUACIÓN ES VERDADERAMENTE CRÍTICA PARA LAS Y LOS MENORES EN GUERRERO: SAVE THE CHILDREN

La furia del Huracán Otis ha dejado serios estragos en el estado de Guerrero, a la fecha casi 185 mil estudiantes de educación inicial hasta bachillerato en los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez, en donde existen mil 563 escuelas privadas y públicas de estos niveles de acuerdo con el Sistema de Información y Gestión Educativa, no han podido regresar a clases por el cierre de escuelas y de acuerdo a cifras oficiales, alrededor de 250 mil familias se encuentran damnificadas.

En respuesta a esta situación, integrantes de la organización internacional Save the Children visitaron los dos municipios declarados como zona de desastre natural, Acapulco y Coyuca de Benítez, en donde atestiguaron el nivel de daños en casas, escuelas, así como las necesidades de familias que a más de una semana del impacto del huracán, se encontraban sin haber recibido agua y comida.

“Llegamos a Coyuca de Benítez y a colonias populares en la zona alta de Acapulco. Nos encontramos con familias que no han recibido ayuda humanitaria por la complejidad para llegar a las zonas afectadas, nuestro propio equipo tuvo que retirar árboles que se encontraban obstruyendo caminos, conocimos a gente que hasta nuestra llegada, sólo se alimentaba con galletas. En coordinación con las autoridades locales y protección civil, logramos entregar más de dos mil 800 paquetes de alimentos, seis mil 547 litros de agua potable, kits de bienestar e instalamos un espacio amigable para dar contención emocional a niñas y niños. La situación es verdaderamente crítica; se requieren esfuerzos en conjunto para lograr que las comunidades se recuperen lo más pronto posible”, afirmó Fátima Andraca, directora de Respuesta Humanitaria de Save the Children en México.

Muchas familias lo han perdido todo, desde alimentos, ropa, muebles, hasta útiles escolares y juguetes; en Coyuca, por ejemplo, las casas fueron arrasadas por la corriente del río que creció a raíz de las fuertes lluvias provocadas por Otis; las calles aún están llenas de escombros, las casas que permanecen de pie se encuentran repletas de lodo, árboles caídos y animales muertos, condiciones que representan un foco de infección para la población, particularmente para niñas y niños.

Las escuelas que pudo visitar la organización se encuentran completamente destruidas, los techos de lámina desaparecieron, el inmobiliario se destruyó, las ventanas se rompieron y restos de objetos y árboles se encuentran esparcidos alrededor, haciendo imposible que los planteles puedan reabrir para reanudar las clases.

“Nos preocupa el estado de las escuelas, las escuelas son espacios de aprendizaje, lugares seguros para niñas y niños y son un aliado en el proceso de resiliencia después de la catástrofe, sin embargo, vemos muy difícil que muchas logren abrir pronto, sobre todo las que se encuentran en la zona de la montaña en Acapulco. No olvidemos a los docentes también, ellos se encuentran preocupados por recuperarse de la afectación del huracán, muchos también lo perdieron todo y necesitamos también con ellos impulsar el apoyo emocional”, puntualizó Fátima Andraca.

“La pasé muy mal, se cayó un árbol en la casa… nos metimos a un cuarto para protegernos, la lluvia estaba empujando la puerta, pusimos un sofá y una cama para cerrar la puerta, y que no entrara todita el agua, solo así nos salvamos. Me quedé sin ropa. Me gustaría regresar a la escuela, pero por ahora no podemos. Hoy nos dieron despensas, con comida”, compartió Miguel de 11 años, mientras el equipo humanitario hacia la entrega de kits de alimentos.

“No estamos (yendo) en la escuela. Los cuadernos se mojaron y las mochilas ya las quemamos, porque ya no sirven. No tenemos comida, agua o sombra, porque hace mucho calor. Necesitamos una cama, almohadas, sábanas. No tenemos nada para pintar, tenemos poquitos de juguetes”, afirmó Nayeli de 7 años de edad.

La situación se puede tornar aún más compleja conforme pasan los días; muchas niñas y niños han cambiado sus actividades de educación y juego para dedicarse ahora a cuidar hermanos menores o limpiar los restos de casas afectadas. Los precios de los alimentos han aumentado en más del 50 por ciento y aún no se restablecen todos los servicios básicos para toda la población. La desesperación inunda a las familias, pero también la solidaridad para ponerse de pie de nuevo.

Para responder a la gravedad de la emergencia, Save the Children mantendrá presencia en las zonas afectadas apoyando con acciones enfocadas a la protección de la niñez, entrega de kits de higiene y saneamiento, recuperación de materiales para vivienda y escuelas y provisión de kits de alimentos.

Además de las entregas urgentes, se perfila una estrategia para recuperar los servicios educativos, para apoyar con soluciones de agua y saneamiento, y para acompañar alternativas de ocupación y medios de vida para que las familias puedan encontrar alternativas dignas de tener sus propios ingresos.