Ana María Lozada Xochicale
El mundo no puede permanecer indiferente o aprobar la escalada de violencia sin precedente perpetrada por Hamás contra población civil en Israel el pasado 7 de octubre, afirmó José Armando Pineda Osnaya, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Señaló que el evento “no puede
leerse como un pleito entre judíos y palestinos, ya que hay otras fuerzas e
intereses económicos detrás”.
Si bien se trata de una guerra
ancestral, “lo que me espanta es el discurso de ‘vamos a matar a todos’, un
odio como el que fomentó Hitler contra una población, además que perpetrar ese
ataque artero parece un suicidio para la organización política y paramilitar
Hamás”.
El coordinador del Posgrado en
Relaciones Internacionales de la Unidad Xochimilco, sostuvo que esta situación
desencadenará en una masacre sobre Palestina, pues cuando los israelíes entren
por tierra arrasarán “con todo lo que se les atraviese”.
Pineda Osnaya recordó que el
siglo pasado, “fueron los nazis los que llevaron la ofensiva y no los alemanes,
e igual ahora hay población de ambos lados que no quiere la conflagración”.
El gran problema recrudeció a
finales de la Segunda Guerra Mundial cuando Inglaterra y Estados Unidos, sin
consultar y de una manera “mañosa”, concedieron parte de territorio palestino a
Israel para población judía.
Con el Plan Marshall en 1947,
Estados Unidos ofreció asistencia técnica y administrativa a los países
europeos, así como 13 mil millones de dólares para reactivar la economía de 16
naciones devastadas por el conflicto bélico, de los cuales a Alemania le
tocaron más de mil millones, “lo que era nada comparado con su destrucción de
ciudades y carreteras”.
Lo que buscaba el Plan “era hacer
una especie de soborno para que la Organización de las Naciones Unidas
autorizara la fundación de Israel e impuso prácticamente la división y desde
entonces ha habido pugnas en los dos bandos, tanto de Palestina que se ha
quejado y de Israel que ha hecho de las suyas, masacrado gente por ambos
frentes”, enfatizó el investigador.
La Franja de Gaza es una región
pequeña de la que una gran parte de sus habitantes trabaja en Israel y éste los
ocupa porque es “mano de obra barata”.
La prensa ha informado en fechas
recientes que Irán proporcionó las armas y desde hace tiempo estaba organizando
la acción bélica y ha referido también que hace unas semanas Estados Unidos
estuvo a punto de suspender labores administrativas en Israel debido a
limitaciones presupuestales, que llevaron a una confrontación entre
republicanos y demócratas para subir el techo de la deuda, y ahora “el
presidente Joe Biden ofrece apoyo total para defenderse”.
Entonces, “vemos un país que está
rodeado por guerra desde que fue fundado a finales de los años 40 del siglo
pasado, que tiene apoyo de la Unión Europea y de Estados Unidos y cuya forma de
defenderse o decir esto es lo que está pasando es siempre aparentar ser las
víctimas de una situación en la que ellos llegaron y donde despojaron a los
habitantes originales”.
Pineda Osnaya subrayó que es
extraño ligar nada más a Palestina e Israel porque hay otras fuerzas
involucradas en este conflicto como Estados Unidos, que le sigue apostando a la
beligerancia como elemento para fomentar su economía y la producción de armas y
de acero”. Por tanto, “es terrible que continúe ese enfoque de los faraones de
levantar su economía conquistando territorios”.
Aunque sería “extremo hablar de
una tercera guerra mundial, lo cierto es que estos confrontamientos locales
parecieran tener como consigna continuar con acciones de erigir grupos
terroristas como Hamás, como una alternativa a la Organización para la
Liberación de Palestina (OLP), grupo nacionalista ideológicamente que involucra
a Líbano, Siria y a otros estados islámicos para mantener el conflicto mucho
más tiempo”.
El economista criticó que más
allá del conflicto la ciencia económica no tiene propuestas para levantar el
crecimiento sin la presencia de Estados Unidos en estas ofensivas.